Cuando no se conoce el mundo de las rosas impresiona bastante
y da la sensación de ser muy complejo.
La realidad es que el cultivo de las rosas es como un pequeño mundo aparte,
un coto cerrado ocupado por aficionados y profesionales muy especializados.
Pero como todo en esta vida es cuestión de proponérselo y lanzarse a la piscina.
La rosa iceberg es una variedad de rosal trepador
y supone una magnífica puerta de entrada al mundo del cultivo de rosas.
La rosa iceberg es un cultivar de rosa floribunda,
las rosas floribundas son el producto del cruce de rosas
de híbridas de té con rosas polyantha,
ésta última es a su vez el resultado del cruce de rosa chinensis con rosa multiflora.
La idea que se perseguía con la creación de las floribundas
era conseguir un rosal que floreciera con la profusión de la rosa
polyantha pero con la belleza
y la gama de colores de la rosa híbrida de té.
Se puede cultivar en forma de bordura o macizo
o prepararle un soporte para que desarrolle sus cualidades trepadoras.
De cualquier manera es un éxito asegurado pues es muy fácil de cultivar,
anda sola como quién dice.
Sólo necesita mucho sol, aunque con cuatro horas de sol al día
puede desarrollarse igualmente,
y un suelo fértil y ligeramente ácido.
Regar cuando lo precise y poco más.
Aunque su primer y más conocido color es el blanco perla
también hay rosa iceberg de color rosa y burdeos.
Una poda ligera a finales de invierno
o comienzo de la primavera será suficiente.
Si lo cultivamos en fila para formar una bordura,
plantaremos los rosales con una separación de unos 80-100 cm.
Es una planta muy resistente a las enfermedades aunque puede sufrir
alguna enfermedad originada por hongos, como la mancha negra,
cuando se cultiva en lugares muy húmedos o con poca circulación de aire.